Recuerdo inolvidable

Buscando en el baúl de los recuerdos encontré una lista inmensa que me entregó el Dr. Dabancens y que escribió desde que comenzó el Servicio de Citopatología y Control de Cáncer de la Universidad de Chile, de Médicos, Tecnólogos Médicos, Citotécnicos y alumnos que pasaron a hacer su práctica. Ahí encontré tu nombre, Lizabeth Uribe, en el año 1975 junto a colegas como Lorna Fontaine y Fresia Morales. En el tiempo que compartiste con nosotros trabajando en el laboratorio dejaste huellas inolvidables.

En primer lugar, quiero decirte que me siento orgullosa de tener una colega que cariñosamente llamamos Gordita, hasta el día de hoy. Ella es un ejemplo de persona que supo y sabe sobreponerse a todas las dificultades que le ha tocado vivir, siempre saliendo airosa de todo.

Lizabeth, siempre te has destacado por ser una persona alegre, cariñosa y muy preocupada de todos los que te rodeábamos. Tengo un recuerdo inolvidable, cuando tuve el accidente en auto en el cual tuvieron que operarme la mano derecha, tú inmediatamente me enviaste unos guantes, que hasta hoy conservo, para que no me dolieran los huesos de la mano con el frío.

Otra anécdota que tengo que contar, es que antes de irte a vivir a Estados Unidos, quisiste conocer el Hotel Valdivia que era famoso por la decoración de sus piezas. Logramos ir en grupo gracias a una compañera de trabajo que tenía un contacto. Solo podíamos ir un día lunes temprano para no toparnos con alguna pareja. Eso fue muy divertido.

También recuerdo que en algún festejo del laboratorio, pusimos música y a ti se te ocurrió bailar con tu silla de ruedas y nosotras detrás tuyo haciendo una larga fila.

Yo creo que muchas personas que trabajábamos en ese tiempo en el laboratorio, recordarán cuando ibas al baño y cantabas en voz alta. Después cuando estabas lista llamabas a Luchito o a mamá Tina para que te fueran a buscar.

Junto a todas las cosas entretenidas que compartimos está por supuesto el aporte científicos que hiciste en varias Jornadas y Congresos chilenos de Citología, los cuales han quedado plasmados en las revistas que se editaban en esa época.

Bueno Gordita, a lo mejor algún día no muy lejano, llegaré a verte después de tantas invitaciones que nos has hecho. Te deseo el mayor éxito en esto que estas emprendiendo, que para todos los que te conocemos será un hermoso recuerdo.

Cariños,

Tita Ojeda